27 febrero, 2006
El Islam como religión de guerra
_________________________________________________
Todo el mundo sabe y percibe que los fieles musulmanes se reúnen en cuatro ocasiones, a saber:
1.- Cuando oran varias veces al día, convocados por la voz del muecín, orientados hacia una sola dirección, La Meca. Y también una vez por semana, en la oración del viernes.
2.- Se reúnen para la guerra santa contra los infieles.
3.- Se reúnen en La Meca durante la gran peregrinación.
4.- Se reúnen para el Juicio Final.
Bien, si observamos atentamente a lo que se reduce todo estos preceptos que podríamos llamar “estratégicos”, en realidad de lo que estamos hablando es de unas masas invisibles que tienen una enorme importancia, aunque aparezca lo difuminado en ritos y prácticas religiosas. De masas pues, es de lo que hablamos, no de religión que vive de manera ascética e individual, sino de manera colectiva en donde el principio de individualidad no existe y por tanto no existe la libertad en tanto en cuanto, el ser único, el sujeto, el individuo o la persona “aparece” ocultado/sometido bajo el término “sociedad o comunidad”. En el caso del Islam, tal como la misma palabra significa, es la “sumisión” del individuo con prácticas seudo-religiosas bajo el control de las masas. Sometida pues la persona a un ente abstracto, llamado “comunidad islámica” se configura un poder político teocrático. De esta manera política y teocracia se coadyuvan para alcanzar el control de los hombres. Hombres que no son más que otra cosa que masas de fieles, todo se hace por un bien común, por una sociedad perfecta donde impera la ley moral y el código de lo “sagrado” porque así lo quiere el Profeta el que habló por Allah en la Tierra a los hombres, a las masas de fieles y, a los infieles!
Pero, ¿por qué ha crecido de manera espectacular esta creencia? Si nos paramos a pensar un poco no es difícil intuir como el Islam ha tenido una puesta al día y con ella una enorme expansión. Quiero ponerles esta imagen para que puedan pensar cómo es posible esta pancarta, aparte de la judeofobia tradicional del musulmán, ¿cual es el verdadero motivo de soflama? ¿Es solamente odio a los judíos? Es evidente que hay una puesta al día, pero… ¿cómo es? Eso lo iré desgranando poco a poco a lo largo de este escrito.
Bien, retomando la cuestión. Una de las causas más importantes es lo que el siglo XX nos ha dejado en herencia, el totalitarismo de las ideologías de masas. El Islam se ha adaptado mejor que las otras dos religiones a este fenómeno por ser particularmente agresiva y tener un carácter de proselitismo ofensivo.
Bajo las ideologías de masas se crea esta nueva forma de “sumisión” (no hablo ahora de Islam) los hombres creen en un nuevo dios, “pequeño” pero más accesible, el gobierno de todos se impone bajo la dictadura del bien común, pero eso debe quedar registrado en un “catecismo” ideológico o en un código moral o creo que un corpus jurídico restrictivo que no permita romper las reglas del juego. Es así como hay un concepto permanente de masas y se crea a la masa. La masa no piensa, es acéfala, la masa es dirigida y sometida a los designios de un dios menor pero no menos omnipotente y omnipresente. Con el siglo XX hemos visto dos guerras mundiales y dos ideologías de masas que hasta entonces eran desconocidas, que han dado otras formas de entender el poder. Poder (valga esta redundancia) en toda la extensión de la palabra y más pleno significado, poder sobre TODOS los hombres, en definitiva, sobre LAS MASAS, se busca a la masa como vehículo e instrumento de dominio, pero sobre todo de GUERRA, quién maneja a la masa tiene el poder, quién maneja a la masa puede hacer la guerra. La masa tiene fuerza y es difícil pararla cuando se la moviliza, pero… ¿cómo hacerla activar? ¿Cómo moverla cuando nos interesa?... El otro vehículo e instrumento que el siglo XX nos ha dado en herencia donde la masa queda secuestrada es la PROPAGANDA, sin este elemento no es posible el manejo de ella y en esto el siglo XX ha sido verdaderamente espectacular, los medios sociales son los medios de comunicación/propaganda, jamás se llegó a tanta gente en un tiempo record, tiempo y propaganda se combinan perfectamente en estos tiempos donde la información es preciosa y el manejo de ella se hace preciso para cualquier poder, Goebbels lo entendió perfectamente así, es decir que los medios de masas son la herramienta perfecta para la total sumisión del individuo. Nada parece lo que es, ni lo que es, es lo que parece. Claramente vemos como grupos de personas se alinean en una posición ideológica que las más de las veces nada tienen que ver con sus vidas particulares. La propaganda tiene efectos devastadores con la rapidez que es manejada ahora, no hay lugar para la reflexión ni para hallar la Verdad de las cosas cuando todo es al servicio de un interés de ideológico. La ideología de masas hace posible que lo abstracto lo podamos ver cercano y concreto, y lo que es peor, hace creer al individuo en una “sociedad perfecta”, que es una quimera y el camino seguro hacia su esclavitud, es la gran mentira que el siglo XX ha dejado como herencia, tal es así que el mismo Lenin en los primeros años del siglo pasado proclamaba a la mentira como el arma revolucionaria por excelencia, en esto se han basado los nacionalismos y el comunismo en todas sus variantes, no es más que totalitarismo de unas ideas que captan y secuestran a los hombres rebajándolos al concepto etéreo de masas. Dicho metafóricamente, nacionalismo-comunismo no son más que las dos caras de una misma moneda, tanto fascismo-nacionalsocialismo como comunismo y social democracia (comunismo ligth), ninguna de ellas hablan del individuo en sí, y cuando lo refieren lo hace en un segundo plano. El factor que los une, es la utilización de la masa para llevar a cabo la revolución/guerra...
«El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturalesdel ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así».El auge de las ideologías de masas (fascismo-comunismo y sus variantes) no es otra cosa que una manera más que el hombre ha buscado de coaccionar y controlar la libertad de los demás, para tener el poder y el dominio de sus congéneres, con este objetivo "el fin justifica los medios". El objetivo siempre es el mismo, aunque con diferentes disfraces el poder en escenarios diversos: la guerra, las ideologías, negocios, religión; el impulso nace de la creencia de que se posee una verdad absoluta: un dogma. Lo que ha cambiado en nuestra época son los medios, mucho más perfectos, más efectivos y más tecnificados. En esencia los totalitarismos son las nuevas religiones que el hombre del presente y mucho me temo que del futuro, por lo menos a corto plazo en estas sociedades occidentales, se desligó de su pasado religioso y ha inventado otra fe tan esclavizante como en pasadas épocas vivió cuando la religión tenía el control de la política y del mundo terrenal. Como toda religión bien constituida que se precie tiene un credo y un dios, esto es la violenta sumisión voluntaria a pertenecer a la masa. Por eso son tan atractivas entre la gente joven que viviendo vacía en su hedonismo y sin norte alguno, dichas ideologías reportan un atractivo, algo más que una esperanza y es la utilidad de vivir y luchar por algo. ¿Por qué adoran a una figura como el Ché?... O ¿por qué puede ser atractivo para un chico occidental la conversión al Islam con lo que ello implica?... ¿Acaso creen que el Islam puede tolerar que sus madres no se conviertan y ellos sí?, y si no lo hacen así, ¿pueden ser respetadas?... ¿A qué le obliga pues el Islam si ello no sucede?...
Ernesto Che Guevara
"Mensaje a la Tricontinental"
(Bolivia, mayo de 1967)
La respuesta adecuada estaría en consonancia con el medio donde se esté y por supuesto mientras esto sea en un país occidental la madre puede estar preservada, -de momento- no así en un país de mayoría musulmana o al menos de minoría numerosa. Por tanto, volvemos al concepto masa, que es donde reside la clave del éxito del Islam y de los totalitarismos del signo que sean.
Volviendo a este asunto mollar es importante descifrar aún más las costumbres del Islam grosso modo. Cuando la trompeta del Juicio Final llame, los muertos se levantarán todos de sus tumbas y se dirigirán a la llanura del Juicio. Allí se presentarán ante Allah en dos inmensos grupos bien definidos y separados; por un lado, los fieles, por otro, los infieles, unos y otros juzgados separadamente por Allah.
Todas las generaciones de la Humanidad se reunirán así, y cada cual no tendrá la menor idea del tiempo que haya podido estar muerto, su muerte no tendrá recuerdos, acudirán a la reunión por la llamada de la trompeta: “En ese día los hombres acudiréis en masa”. El Q´ran habla constantemente de oleadas humanas para ese gran momento.
Esta división de la masa en el Islam es clara, distinguiendo entre al grupo de los fieles y al de los infieles, por tanto esta contraposición es un grado más hacia la guerra, el final es combatir eternamente al infiel, por tanto la guerra es santa ya que alcanza el grado de precepto, de deber sagrado y es uno de los pilares más fuertes que el Islam posee como forma de expansión, precisamente cada batalla prefigura a esa masa doble invisible del Juicio Final.
Por supuesto la vida del musulmán tiene otro deber sagrado, más pacífico y es la peregrinación a La Meca, la afluencia de fieles –masas de personas- de todos los confines de la Tierra a ese lugar totémico es una obligación, tardará semanas, días, meses, dependiendo de la distancia que tenga cada uno en ese peregrinaje, quién no haya participado de este precepto no habrá vivido realmente como musulmán, aquí la masa de peregrinos aparece como pacífica y solamente se consagra a un movimiento de oleadas de personas que se desplazan lentamente para dar vueltas alrededor de una piedra negra enorme.
El momento más importante de ese peregrinar es cuando se alcanza la llanura de Arafat, -no se asusten, se llama así y les confieso que no lo sé- setecientos mil hombres han de reunirse en el lugar, si el número no se completa será ocupado por ángeles que se mezclan entra el gentío sin ser vistos. Como pueden ver nuevamente la masa aunque sea invisible es la espina dorsal de esta religión monoteísta.
Cuando los días de la paz han pasado, la guerra santa vuelve a estar presente de nuevo en la vida de todo musulmán, Mahoma es su profeta, pero de la lucha y la guerra y éste dejó como testamento a su comunidad de fieles la lucha contra el infiel, la expansión no tanto de la fe como sí de la esfera de poder del Islam, esfera en nombre de Allah. A los defensores del Islam no les importa tanto la conversión como el sometimiento de los infieles. Y ahí está quid de todo y por lo que la guerra es lo que articula a este credo.
El Q´ ran en este sentido no deja dudas al respecto:
"Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los idólatras dondequiera que los encontréis. ¡¡Capturadles, sitiadles, tendedles emboscadas por todas partes!!"
La masa de fieles hace la guerra a la masa de infieles. El totalitarismo “religioso” es la “nueva” contestación de los musulmanes a este Occidente arrogante e infiel, pagano, descreído e idolatra. El enemigo es claro y el mal ya se sabe donde está, la guerra es fácil hacerla cuando se “ve” al enemigo.
El Islam es guerra únicamente.
Solamente Occidente solazada y ensimismada en su hedonismo no ve al enemigo como tal. La guerra ha comenzado con una clara victoria de partida desde el “oriente”...
Ahmadinejad ya tiene parte una clara victoria de entrada, Hamas será consentida por muchos...
Sirva a todos como reflexión y toma de conciencia.
_________________________________________________
_________________________________________________
23 febrero, 2006
La Involución en la tolerancia musulmana: Mahoma, Muhammad, محمد
Recordando, para cuando dentro de un tiempo esto quede en el olvido: el día 4 de febrero, escribí un artículo-denuncia donde me quejaba de la utilización arbitraria de las caricaturas de Mahoma (Muhammad dentro de poco, porque según un islamista español converso, llamarle Mahoma es "denigrarle", llevamos, por lo visto, siglos y siglos denigrando a Mahoma, perdón, Muhammad, y debió ser por eso por lo que nos invadieron en el 711, y lo intentaron varias veces aún después de su final expulsión con los Reyes Católicos, dato poco conocido en la historia nacional).
04 febrero, 2006