Este artículo, que escribo para Occidente Liberal, quiero analizar lo que a mi entender supone la visita del Santo Padre a Valencia, y más con la trascendental semana que se ha vivido en la capital de la Comunidad Valenciana, debido al accidente del metro, donde fallecieron 42 personas.

Hoy Sábado llega a la capital del Turia el Santo Padre, Benedicto XVI, con la semana trágica que se ha vivido por el accidente ferroviario que costó la vida a 42 personas.

Desde el Gobierno Valenciano se ha tratado de forma efectiva la gestión de este accidente, con la rápida tramitación de ayuda a las familias de las víctimas, por el apoyo psicólogico que se les brindó, porque han estado en todo momento presentes con los que en ese momento más lo han necesitado.

Esta actitud también tuvo una rápida respuesta desde el Vaticano, donde el Santo Padre inmediatamente se retiró a sus aposentos a rezar por las víctimas. Es más, este accidente, aunque desde otras publicaciones se intente hacer creer que es por culpa del gobierno valenciano, ha hecho variar la ruta que iba a seguir el Santo Padre una vez que aterrizase en Valencia, y su primer destino será la localización de donde tuvo lugar el trágico accidente. Allí intentará consolar a las víctimas, dando idea de su calidad humana.

En contraprestación a estas actitudes, nos encontramos con el Gobierno zapateril, quienes solo pretenden figurar, aunque con ello humillen a la inmensa totalidad de la ciudadanía española, católica desde mucho tiempo antes de que Zapatero empezase a intentar imponer su laicismo radical. Hoy si estará para recibir al Santo Padre, pero prácticamente ahí terminará su presencia en Valencia. Son dos días que van a hacer a España el centro de atención de la cristiandad, y es así como le respeta el Gobierno de la nación, desapareciendo.

No estará mañana en la misa que el Santo Padre oficiará desde la Catedral de Valencia, como no estará la vicepresidenta de la Vogue. Esta última dice que es suficiente con que a esa homilia acuda el ministro de exteriores y el de defensa, y que con eso se cubre el expediente. Pues no, para nada, Sr. Zapatero, el expediente se cubre con su presencia al lado del Santo Padre durante estos dos dias, porque usted viene a representar a la totalidad de los españoles, y su laicismo en este caso no tiene ningún sentido. Ya, ya se que todo lo que no le baile a su gusto, no tiene cabida en la vida política española en la actualidad. Pero la primera en la frente. Anoche ya se pudo disfrutar del ambiente festivo ante la visita del Pontífice. Mas de 250.000 personas en la playa de la Malvarosa pregonando su cristiandad. Y más de un millón y medio de peregrinos que se esperan para estas dos jornadas.

Espero que se le caiga la cara de vergüenza, porque el sectarismo del que hace gala no tiene nombre.

Mi más cálida bienvenida a Benedicto XVI a tierras valencianas, y espero disfrute con su estancia entre nosotros, cosa que otros no lo harán sin duda alguna.

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