19 junio, 2006
Las cosas que realmente merecen la pena
A lo largo de la vida personal de una persona, van cambiando, o relativizandose en importancia ciertos aspectos. Cuando eres pequeño, por supuesto, lo que más te importa son tus juguetes, y parece que no haya otra cosa en el mundo. Creces un poco, y solo piensas en un balón de futbol, o como fue mi caso, en una de baloncesto. En el chapí, chapó, en churro media manga mangotero, jugar al escondite, en ir labrandote una amistad con personas de tu entorno, los que se puedan ir conociendo por alguna razón, o sin razón, pero llegas a sentirte cercano a ellos.
Sigues creciendo, y cada vez le das más importancia a esos amigos, amén de buscar el primer amor, robarle el primer beso a alguna mujer, buscar a alguien que pueda llegar a comprenderte plenamente. Pero sigues recapacitando, y sigues viendo que la amistad es el bien más preciado que se puede encontrar, sin ninguna duda. Y lo vas constatando según pasan los años.
Hay muchos valores que se pueden resaltar en tu ordenamiento de importancia de las cosas, puede ser la familia, el deporte, el amor, la política o hacer el pino puente. Pero seguro que siempre encontrarás la amistad entre esos valores inherentes a la persona. Y por eso te duele cuando atacan a una amiga, o un amigo. Y por eso me duele cuando se ataca a una persona a la que se le ha podido tildar de todo lo imaginable desde muchos lados. Y por eso cuando sabes realmente como es esa persona, te entra una rabía impresionante. Y por eso me jode que se insulte gratuitamente a una buena amiga, a la que va dirigido este post.
Maggie, hay cosas que realmente merecen la pena, y otras que no. Tienes una enorme capacidad para discernir ambas, tienes muchas cosas que merecen la pena, y no hablo materiales, ya lo sabes. En este mundo existe aun la posibilidad de elegir a tus amigos, no se con los socialistas por medio cuanto durará esa certeza, pero por el momento está ahí. Y mientras exista esa posibilidad, me alegro de poder compartir esa amistad contigo. Y espero poder seguir compartiendo esa amistad a lo largo de los años.
Un beso muy grande, te lo mereces
Sigues creciendo, y cada vez le das más importancia a esos amigos, amén de buscar el primer amor, robarle el primer beso a alguna mujer, buscar a alguien que pueda llegar a comprenderte plenamente. Pero sigues recapacitando, y sigues viendo que la amistad es el bien más preciado que se puede encontrar, sin ninguna duda. Y lo vas constatando según pasan los años.
Hay muchos valores que se pueden resaltar en tu ordenamiento de importancia de las cosas, puede ser la familia, el deporte, el amor, la política o hacer el pino puente. Pero seguro que siempre encontrarás la amistad entre esos valores inherentes a la persona. Y por eso te duele cuando atacan a una amiga, o un amigo. Y por eso me duele cuando se ataca a una persona a la que se le ha podido tildar de todo lo imaginable desde muchos lados. Y por eso cuando sabes realmente como es esa persona, te entra una rabía impresionante. Y por eso me jode que se insulte gratuitamente a una buena amiga, a la que va dirigido este post.
Maggie, hay cosas que realmente merecen la pena, y otras que no. Tienes una enorme capacidad para discernir ambas, tienes muchas cosas que merecen la pena, y no hablo materiales, ya lo sabes. En este mundo existe aun la posibilidad de elegir a tus amigos, no se con los socialistas por medio cuanto durará esa certeza, pero por el momento está ahí. Y mientras exista esa posibilidad, me alegro de poder compartir esa amistad contigo. Y espero poder seguir compartiendo esa amistad a lo largo de los años.
Un beso muy grande, te lo mereces
Escrito por Nacho, 2:34:00 p. m.
2 Comentarios:
Comentado por Maggie, lunes, junio 19, 2006 3:59:00 p. m.
Maggie, como bien has dicho, se trata de hablar de la amistad. La amistad es algo que puedes tener a lo largo de la vida, lo puedes perder, lo puedes recuperar, lo puedes echar a la basura definitivamente.
Y yo puedo hablar, a día de hoy, de esa amistad que tengo contigo. Si, efectivamente, da igual que hablen bien o mal, pero que hablen. Ni a mi me van a dejar de tildar de peón, ni a ti, lógicamente, de vieja, fea y demas sinrazones. Pero repito, es simplemente, AMISTAD. Y por suerte, tengo la tuya
Y yo puedo hablar, a día de hoy, de esa amistad que tengo contigo. Si, efectivamente, da igual que hablen bien o mal, pero que hablen. Ni a mi me van a dejar de tildar de peón, ni a ti, lógicamente, de vieja, fea y demas sinrazones. Pero repito, es simplemente, AMISTAD. Y por suerte, tengo la tuya
Y además que ya me he acostumbrado a ellos, qué caray. Si no me insultan lo echaría de menos. Como decía alguien, "que hablen mal de mí, pero que hablen". O en otras palabras, en las de Oscar Wilde, "que hablen mal de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen".
Un besote a los dos.