Sí, esto es una ruptura. Soy la peor persona del mundo, y aquí sigo, avanzando, porque he dejado atrás lo que me retenía, lo que no me permitía volar.

Pero ahora lo he conseguido. No llegarás a entenderlo, porque seguramente tú sigas anclado en el inmovilismo, en el pasado, y en no asumir que la gente a veces no nos viene bien.

Yo no te vengo bien, y tú a mí, mucho menos. Necesito aire, y tú me robas el poco que tengo. No quiero buscar oxígeno a escondidas, y tengo derecho a respirar. Pero no, no lo entiendes.

Demasiado preocupado contigo mismo, con tus cosas, con tus búsquedas de excusas... pero no, supuestamente la que busca excusas soy yo. Cuando de sincera, he sido hasta cruel, conscientemente. Y no por ser cruel, sino por ser sincera.

Piensas que estaré con alguien... no, no es así. Te lo digo, y no me lo aceptas. Bien, pues si la cosa consiste en que yo digo lo que hay, y tú piensas lo que te da la gana, ya sabemos ambos lo que hay. Sólo es una más. Y has dudado mucho de mí ultimamente, de cosas que he prometido borrar, y que te empeñas en autoconvencerte de que no sólo no lo he hecho, sino que encima he mostrado a más personas. Piensa lo que quieras, como siempre.

Te vuelvo a decir: no es cuestión de amores, sólo cuestión de vuelo. Y quiero volar. Tú no me lo pones fácil, me atas, me agobias, y me obligas a prestarte más atención que a nadie más, cuando ahora mismo no se si tengo energía ni para prestármela a mí misma en el grado que necesito.

Pero por otra parte, si estuviera enamorada, o con alguien, o simplemente conociendo a alguien... ¿qué te importa? ¿Me pedirías todos los datos, como los de todos los chicos con los que hablaba? ¿Te pondrías igualmente "celoso" porque hablara con ellos? ¿Te largarías desairado por una falta de atención ante cualquier conversación? ¿O ante una petición de "un momento" porque otro me pida ayuda? ¿Qué?

Es una situación tan sumamente absurda en sí misma, la que viví contigo, que ni siquiera se cómo ha podido pasar todo eso. No tengo la menor idea.

No quiero que sufras. Es más, ojalá pronto estés bien, y avances. Pero tampoco quiero sufrir yo, y creo que tengo mi derecho. Y tú me producías mucho sufrimiento, con inquisiciones, con celos, y con un sentimiento de posesión que... no se por qué, te permití tener. Mal. Muy mal. Nunca hubo nada más allá de amistad. Al menos por mi parte. Pensé que estaba claro.

No quiero males para tí. Yo seguiré recordando lo bonito, porque me hiciste mucho bien, igual que espero que yo también lo consiguiera en algún momento contigo (aunque ahora, como suele pasar, estarás dedicado tan sólo a buscar lo muy malo de mí misma). Y seguiré recordando al amigo con el que a ratos me lo pasaba bien, por encima del que me agobiaba y se pasaba el día dándome consejos ante cualquier mínima palabra, y preguntando con quien hablas, o dejas de hablar.

Espero que la vida te vaya muy bien, y sobre todo, que te olvides de mí. No debe ser difícil olvidar a una mala persona.

Encuentra tu camino y se feliz. Lo digo de corazón.

Yo lo único que hago es seguir a mi corazón. No siempre lleva la razón, pero es lo único que se hacer.

Por cierto... cuando llamaste estaba entrando a la ducha... pero qué importa.



PD: Qué triste tener que hacer esto. Qué triste. Pero es lo único que se me ha ocurrido para tratar de hacérselo entender...

Si una espina me hiere, me aparto de la espina pero no la aborrezco.

( A. Nervo )