03 febrero, 2006
Nuestro ejército el golpista
Recientemente, y gracias, como no, a la infamia de los medios de PRISA afines al Gobierno, se han estado lanzando soflamas al exterior donde se excusaba al Gobierno de toda culpabilidad ante las múltiples voces, muchas de ellas acalladas debidamente, por parte de éste que se hacían eco del malestar de la Institución ante la actual política gubernamental.
No es mi deber, ni mi deseo, ante todo, defender a los miembros del Ejército que, a pesar de ser efectivamente conocedores de que la propia Constitución les impide expresar opiniones propias, por el hecho de que son un grupo armado, así como por la historia, que hace que parte de la población, aún hoy, desconfíe de ellos. Pero tampoco creo que sea justo juzgar tan duramente unas palabras que no eran para tanto, y que sólo remarcaban el deber del ejército en ayuda del Gobierno legítimo de la nación, en caso de que éstos les solicitaran intervención, tal y como la Constitución reconoce.
La bondad o negatividad de los artículos referidos al deber del Ejército en la defensa de la nación española y su unidad, supongo que se adscribe sin más a cuestiones subjetivas. No entiendo, por un lado, que haya tantas voces en contra de que la Constitución ponga eso y que lo quieran eliminar, si, realmente y como se dice, la unidad de la nación no peligra. Y tampoco se hasta qué punto beneficia a la democracia (si fuéramos una verdadera democracia, cosa que a veces, como ante el anuncio de la futura excarcelación del sádico etarra Henry Parrot, una persona a la que la sangre le llega hasta el pensamiento, dudo) el introducir connotaciones de ese calado en la defensa nacional. Pero creo que todo atiende a la historia, y en nuestra historia teníamos precedentes que nos llevaron a introducir esas cláusulas, ahí queda el 34 como lección.
Pero lo que es insoportable, es reducir al Ejército español a un papel de golpista, como han querido hacer los medios de PRISA, lanzando sus ráfagas atacantes al exterior. No se soporta la discrepancia, y en este caso les ha venido de gente muy afín a su línea, como ha sido el General Mena, al que han castigado debidamente (y sus amigos socialistas no han defendido, curioso). Ahora, al saberse públicamente que en al Intranet del Ejército llevaba existiendo un malestar ante las actitudes del Gobierno y su peculiar manera de gobernar, desde hace más de un año (¡¡un año!! Y nadie lo ha sabido fuera del cuerpo), resulta que todo se quiere reducir a que el Ejército es un peligro para España, y eso nos llevará a una fase dos: recolocación de piezas en la escala superior del Ejército. Bueno, no es que extrañe, para ser sinceros, ese mecanismo es muy usado en el PSOE. Recordemos que cuando llegaron al poder en 1982, varios fueron los miembros del Ejército que, poco antes de pasar a la reserva por edad, hacían declaraciones públicas alteradas y alteradoras que llevaban al Gobierno a dar debido castigo. Sí, así se demostraba por un lado a la población que el Gobierno manejaba al Ejército, sobre todo a aquellos que en aquella época temían por un nuevo golpe de Estado como el de Tejero (de ese, igual hablamos otro día, pero González tiene mucho que agradecerle); y por otro lado, el Gobierno recolocaba sus piezas en el Ejército, con la excusa de que había que controlarlo, y tenían sus precedentes para argumentarlo. Así pasó el año 1983, y creo que en el 1984 también, y después, todo fue de nuevo calma... aparente.
Pero los tiempos cambian, y los Gobiernos también, pero sobre todo, los partidos. Bueno, cambian los valores, pero las cloacas, los estilos, siguen teniendo el mismo tufillo.
Yo quiero defender a nuestro ejército, pero a TODO el ejército, no especialmente a los mandos, que creo que pueden defenderse por sí mismos, sino sobre todo a los soldados, esos que han hecho tanto por España, aquí, y fuera.
Nosotros no sabemos, no tenemos la menor idea, de la cantidad de veces que ha sido movilizado el ejército en plena noche para acudir a vigilar un embalse, o una central nuclear, al haber descubierto los servicios secretos planes terroristas que las tenían como objetivo; no sabemos la cantidad de veces que han sido requeridos, en unos y otros sitios, para ayudar a la población de pueblos cercanos; en verano, cuando fracasan las políticas de prevención de incendios, recurrimos al Ejército, para que nos ayude tras nuestro fracaso; cuando ocurrió el desastre de Biescas, o inundaciones varias en Andalucía y Comunidad Valenciana, etc., el ejército fue el que dió la cara para tratar de ayudar a las personas afectadas en lo que podían.
Nuestro ejército es el más valorado ante sus misiones internacionales. Centroamérica tras el Huracán Mitch, África, Haití, Afganistán, Iraq, Yugoslavia. De Yugoslavia me gustaría hablar: conozco a varias personas que estuvieron allí (varias). Alguna de ellas, tenía 19 años cuando fue (prácticamente un niño).
Recuerdo las llamadas, mientras estaba allí. Siempre estaba animado, al principio estaba un poco triste, pero después se integró perfectamente. Llamaba una vez al mes a casa (la novia jeje), y siempre pedía lo mismo: chorizos y cecina de casa (hombre claro), y chucherías, chicles, caramelos, chupachups... Eran para dárselas a los niños de Mostar, que por lo visto, estaban más tiempo con los militares que con las familias. Habían hecho una especie de pacto entre los militares, y tenían como un "apadrinamiento", cada uno cuidaba de un niño o dos, y les ayudaba con el español, en casa, con la familia, y trataba de mejorar en lo posible la calidad de vida de ellos. He visto fotografías de esos niños en brazos de los militares, jugando con ellos, con sus cascos, riéndose... y estaban en guerra. Pocas veces se ven sonrisas en las caras de niños que están viviendo, o sobreviviendo a una guerra. Las hubo.
También recuerdo el regreso a España: siempre con las fotos en la mano, recordando, y siempre preguntándose qué sería de esos niños.
En Iraq y Afganistán, ocurrió algo similar. Parece que eso no se quiere que se sepa, pero hubo gente que acudió al pueblo donde fue destinado el ejército español, porque eran los que mejor trataban a la población, y porque fueron los que mejor cumplieron con su deber (misión de reconstrucción). Los niños les perseguían, y en los días de descanso, pasaban el día con ellos muchos de los españoles. También aprendieron español.
El ejército español es el mejor del mundo, y saben hacer su trabajo como nadie. Saben cumplir con su deber, saben ayudar a quien lo necesita, reconstruyen puentes, casas y corazones, curan heridas, tanto físicas como del alma, y sobre todo, siempre dejan un buen recuerdo allá por donde pasan.
No soy especialmente militarista, creo que el ejército tiene una función y un deber, y punto. Pero siempre es de agradecer que cumpla con su deber de la mejor forma que se puede hacer, y el ejército español lo consigue. Mi agradecimiento por ayudarnos tanto, y por defendernos, y sobre todo, por ser como son.
No es mi deber, ni mi deseo, ante todo, defender a los miembros del Ejército que, a pesar de ser efectivamente conocedores de que la propia Constitución les impide expresar opiniones propias, por el hecho de que son un grupo armado, así como por la historia, que hace que parte de la población, aún hoy, desconfíe de ellos. Pero tampoco creo que sea justo juzgar tan duramente unas palabras que no eran para tanto, y que sólo remarcaban el deber del ejército en ayuda del Gobierno legítimo de la nación, en caso de que éstos les solicitaran intervención, tal y como la Constitución reconoce.
La bondad o negatividad de los artículos referidos al deber del Ejército en la defensa de la nación española y su unidad, supongo que se adscribe sin más a cuestiones subjetivas. No entiendo, por un lado, que haya tantas voces en contra de que la Constitución ponga eso y que lo quieran eliminar, si, realmente y como se dice, la unidad de la nación no peligra. Y tampoco se hasta qué punto beneficia a la democracia (si fuéramos una verdadera democracia, cosa que a veces, como ante el anuncio de la futura excarcelación del sádico etarra Henry Parrot, una persona a la que la sangre le llega hasta el pensamiento, dudo) el introducir connotaciones de ese calado en la defensa nacional. Pero creo que todo atiende a la historia, y en nuestra historia teníamos precedentes que nos llevaron a introducir esas cláusulas, ahí queda el 34 como lección.
Pero lo que es insoportable, es reducir al Ejército español a un papel de golpista, como han querido hacer los medios de PRISA, lanzando sus ráfagas atacantes al exterior. No se soporta la discrepancia, y en este caso les ha venido de gente muy afín a su línea, como ha sido el General Mena, al que han castigado debidamente (y sus amigos socialistas no han defendido, curioso). Ahora, al saberse públicamente que en al Intranet del Ejército llevaba existiendo un malestar ante las actitudes del Gobierno y su peculiar manera de gobernar, desde hace más de un año (¡¡un año!! Y nadie lo ha sabido fuera del cuerpo), resulta que todo se quiere reducir a que el Ejército es un peligro para España, y eso nos llevará a una fase dos: recolocación de piezas en la escala superior del Ejército. Bueno, no es que extrañe, para ser sinceros, ese mecanismo es muy usado en el PSOE. Recordemos que cuando llegaron al poder en 1982, varios fueron los miembros del Ejército que, poco antes de pasar a la reserva por edad, hacían declaraciones públicas alteradas y alteradoras que llevaban al Gobierno a dar debido castigo. Sí, así se demostraba por un lado a la población que el Gobierno manejaba al Ejército, sobre todo a aquellos que en aquella época temían por un nuevo golpe de Estado como el de Tejero (de ese, igual hablamos otro día, pero González tiene mucho que agradecerle); y por otro lado, el Gobierno recolocaba sus piezas en el Ejército, con la excusa de que había que controlarlo, y tenían sus precedentes para argumentarlo. Así pasó el año 1983, y creo que en el 1984 también, y después, todo fue de nuevo calma... aparente.
Pero los tiempos cambian, y los Gobiernos también, pero sobre todo, los partidos. Bueno, cambian los valores, pero las cloacas, los estilos, siguen teniendo el mismo tufillo.
Yo quiero defender a nuestro ejército, pero a TODO el ejército, no especialmente a los mandos, que creo que pueden defenderse por sí mismos, sino sobre todo a los soldados, esos que han hecho tanto por España, aquí, y fuera.
Nosotros no sabemos, no tenemos la menor idea, de la cantidad de veces que ha sido movilizado el ejército en plena noche para acudir a vigilar un embalse, o una central nuclear, al haber descubierto los servicios secretos planes terroristas que las tenían como objetivo; no sabemos la cantidad de veces que han sido requeridos, en unos y otros sitios, para ayudar a la población de pueblos cercanos; en verano, cuando fracasan las políticas de prevención de incendios, recurrimos al Ejército, para que nos ayude tras nuestro fracaso; cuando ocurrió el desastre de Biescas, o inundaciones varias en Andalucía y Comunidad Valenciana, etc., el ejército fue el que dió la cara para tratar de ayudar a las personas afectadas en lo que podían.
Nuestro ejército es el más valorado ante sus misiones internacionales. Centroamérica tras el Huracán Mitch, África, Haití, Afganistán, Iraq, Yugoslavia. De Yugoslavia me gustaría hablar: conozco a varias personas que estuvieron allí (varias). Alguna de ellas, tenía 19 años cuando fue (prácticamente un niño).
Recuerdo las llamadas, mientras estaba allí. Siempre estaba animado, al principio estaba un poco triste, pero después se integró perfectamente. Llamaba una vez al mes a casa (la novia jeje), y siempre pedía lo mismo: chorizos y cecina de casa (hombre claro), y chucherías, chicles, caramelos, chupachups... Eran para dárselas a los niños de Mostar, que por lo visto, estaban más tiempo con los militares que con las familias. Habían hecho una especie de pacto entre los militares, y tenían como un "apadrinamiento", cada uno cuidaba de un niño o dos, y les ayudaba con el español, en casa, con la familia, y trataba de mejorar en lo posible la calidad de vida de ellos. He visto fotografías de esos niños en brazos de los militares, jugando con ellos, con sus cascos, riéndose... y estaban en guerra. Pocas veces se ven sonrisas en las caras de niños que están viviendo, o sobreviviendo a una guerra. Las hubo.
También recuerdo el regreso a España: siempre con las fotos en la mano, recordando, y siempre preguntándose qué sería de esos niños.
En Iraq y Afganistán, ocurrió algo similar. Parece que eso no se quiere que se sepa, pero hubo gente que acudió al pueblo donde fue destinado el ejército español, porque eran los que mejor trataban a la población, y porque fueron los que mejor cumplieron con su deber (misión de reconstrucción). Los niños les perseguían, y en los días de descanso, pasaban el día con ellos muchos de los españoles. También aprendieron español.
El ejército español es el mejor del mundo, y saben hacer su trabajo como nadie. Saben cumplir con su deber, saben ayudar a quien lo necesita, reconstruyen puentes, casas y corazones, curan heridas, tanto físicas como del alma, y sobre todo, siempre dejan un buen recuerdo allá por donde pasan.
No soy especialmente militarista, creo que el ejército tiene una función y un deber, y punto. Pero siempre es de agradecer que cumpla con su deber de la mejor forma que se puede hacer, y el ejército español lo consigue. Mi agradecimiento por ayudarnos tanto, y por defendernos, y sobre todo, por ser como son.
Página Web del Ejército de la Nación Española
Escrito por Pasota, 2:12:00 p. m.