02 diciembre, 2005
Aniversario constitucional: 27 años de democracia
Se acerca un día importante, el 6 de diciembre, el día en el que se celebra el cumpleaños de la Constitución Española. Va a cumplir nada menos que 27 años, y está en el peor momento de su historia, debido a que desde múltiples ámbitos se quiere cambiar su esencia, que era la de la construcción o más bien reconstrucción de una nación que, indudablemente, en los 40 años de dictadura había perdido múltiples libertades que debían reponerse.
La Constitución es el documento en el que cada firmante, cada dialogante, se compromete a olvidar el pasado, haya sido cual haya sido, y a luchar por el futuro, pero dentro de la unidad. O al menos, ese era el acuerdo al que parecieron llegar en su momento. El tiempo hace que algunos olviden, o cambien sus versiones al menos.
La Constitución fue terminada en noviembre de ese año 1978, pero ese no es el dato más representativo, el que se celebra: se celebra que el día 6 de diciembre de ese mismo año, los españoles, de todas las regiones, de todas las edades, de todas las inclinaciones políticas, acudieron a las urnas para introducir una papeleta en el que se daba un sí a ese documento de reconstrucción, de democracia, y de nueva vida para España. Y fue masiva la afluencia, mucha gente ni siquiera sabía cómo se votaba, pero todos acudieron ilusionados para hacerlo, para participar en la vida política nacional por primera vez, y asegurarse el poder seguir haciéndolo.
Ahora, el entorno ya no es el mismo: ya no se teme al ejército, ya no se teme que nadie quiera reimplantar una dictadura, y los que hacen fuerza, en contra de otros, son los que en su día se lamentaban porque se les perseguía. Ahora, son ellos los que persiguen, sin vergüenzas (y todo junto), y son los que levantan el dedo índice para señalar quiénes, a su juicio, son de extrema derecha, o fascistas, o vete a saber qué. Con esas expresiones definen a la oposición, una oposición democrática (demasiado, dicen algunos, hartos de tantos atropellos), y que de verdad respeta las reglas del juego, a pesar de que eso signifique ir contra sus propios intereses.
Ahora, vivimos un momento en el que la Constitución es reinterpretable, cosa que en mis tiempos era lo contrario, se la denominaba documento de lectura rígida, porque no dejaba cabos sueltos y lo regulaba todo. Pero ya no deben ser mis tiempos (tan sólo hace 4 años). De hecho, no poca gente la llama, y con perdón, la "Prostitución Española", porque según ellos, todo el mundo la quiere meter mano (mucha guasa, pero no deja de tener un punto de veracidad).
Pues yo creo que ese documento está tan sano como al principio, y los que estamos empeorando somos nosotros, o son ellos, los políticos. Que todo el mundo es consciente de que es hora de actualizar la sucesión de la Corona, pero también de que no se deben mezclar temas reales con otros temas de índole política, como la reforma del Senado que se quiere plantear, para añadir más problemas con los nacionalistas, dándoles una posibilidad aún mayor de ejercer las presiones que están ejerciendo (no es que todos sean iguales, evidentemente, pero la sociedad Zapatero-ERC es en sí misma un pacto de manicomio). Yo, también soy parte de esa Constitución, como española que soy, y no quiero que se la toque sin mi permiso. Y los españoles tenemos derecho a decidir sobre los cambios que se quieran hacer en ella.
Así que por la Constitución, sin miedos y con educación, mañana sábado, 3 de diciembre, a las 12 de la mañana, en la Puerta del Sol de Madrid se celebrará una concentración para recordar la importancia de nuestra Carta Magna, o como dicen los literatos, ley de leyes, norma de normas, la norma suprema, la fuente de todo poder, pero en síntesis, la Casa de los poderes del Pueblo. El Pueblo decide, los políticos no tienen derecho sin nuestro permiso.
Si nos la quieren cambiar, tenemos derecho a decidir...
Escrito por Pasota, 11:16:00 a. m.