El domingo 18 de septiembre de 2005, Alemania está llamada a las urnas para decidir quien va a guiar los pasos de esa gran nación los próximos 4 años.

Tras la denegación del voto de confianza por parte del Parlamento alemán al dirigente Schoröeder el pasado 1 de julio, le llevó a la necesidad de adelantar las elecciones, ante la grave crisis en todos los sentidos que afronta su país.

Su rival, una demócrata-liberal, Ángela Merkel, en la que no sólo en alemania, sino en toda Europa y el mundo se tienen depositadas muchas esperanzas. Licenciada en Físicas, con claridad de ideas y capacidad de expresarlas, sin pelos en la lengua para hacerlo, y con muchos planes para luchar por su país, que si bien por un lado, pueden resultar impopulares (subida de impuestos), por otro son la única salida a la crisis económica en la que están inmersos. Lo tiene claro, habla con transparencia a su pueblo, y ésta, por lo que dicen las encuestas, le da su apoyo, aunque en principio, tendría que gobernar en minoría.

Otro factor por el que me gusta Merkel, es su claridad y su directa opción ante la posible entrada de Turquía , llegando a enviar una carta a los líderes conservadores de la UE
pidiéndoles que rechazasen la entrada de ésta en la organización, puesto que eso imposibilitaría la integración de la misma, así como que conllevaría muchos problemas internos tanto sociales, como a nivel de organización.

Schröeder necesitará muchas ayudas para llegar al nivel en el que está Merkel, pero mucha mucha.